Los cientificos
sociales afirman que están acostumbrados a explicar la migración como el resultado de grandes y profundas causas
que inquietan a la sociedad. Por ejemplo, el crecimiento demográfico, las
crisis económicas y las guerras civiles. Todos estos fenómenos son causas
suficientes para que millones de personas salgan de sus países. Pero se olvida
que la migración también tiene que ver con cirunstancias más personales e
íntimas.
Un análisis de
los estudiantes de Universidad de California en Los Angles afirmó algunas de
las grandes causas con las que frecuentemente asociamos la necesidad de
emigrar: la inestabilidad económica, la pobreza. Sin embargo, lo que le llamó
la atencion a Rubén Hernández León, su profesor, sociólogo de dicha
universidad, fueron varios casos en los que la razón de la migración fue la
vilencia doméstica: un padre que golpeaba a sus hijos, un marido que agredía
verbal y físicamente a su mujer.
Además, quienes
emigran escapando de una situación familiar difícil o para aventurarse y
experimentar una vida diferente, pueden pasar las mismas dificultades y
problemas que los migrandes económicos tradicionales: no tener los documentos
necesarios, depender de los contactos con paisanos y familiares para obtener
infomación sobre oportunidades de trabajo, tener que aprender un nuevo idioma,
acostumbrarse a una cultura, a veces, totalmente diferente y muchas otras
circunstancias.
Cabe añadir que
la violencia familiar sólo representa un caso de esas causas de migración. Por
ejemplo, la aventura, es decir, la salida del país motivada por el deseo de
explorar y conocer el mundo, como afirman muchos jóvenes, para ver qué hay del
otro lado de la línea.
En fin, estas
razones alternativas de la “huida”, más íntimas y personales, son tan válidas
como las causas económicas y políticas, pero suelen perderse de vista en el
gran campo migratorio del mundo actual.
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